¿Te parece que la fachada de tu edificio comunitario está sucia, desgastada o no está todo lo bien cuidada que debería? Esto es algo común en edificios que con el tiempo sufren el desgaste del tiempo y las condiciones meteorológicas, y por tanto es importante un mantenimiento y limpieza adecuados para conservar el buen aspecto externo del edificio. Muchos son los factores de desgaste en nuestra fachada comunitaria, a continuación te dejamos los más frecuentes:
Causas meteorológicas: En muchas ocasiones, y como uno de los
factores de desgaste en nuestra fachada principales, las causas meteorológicas provocan un daño directo en la fachada del edificio. Ya sean lluvias de barro que ensucian directamente, rachas de viento que arrastran toda clase de suciedades que se adhieren al edificio o tormentas fuertes que pueden incluso deformar la estructura.
Factor humano: Tales cómo pintadas, grafitis, pegatinas, carteles, etc… Son factores voluntarios que dependen de la actuación humana. Todos estos son evitables por supuesto, pero desgastan la fachada, no de un modo irremediable, pero pueden suponer un gasto elevado a la hora de acondicionarla. Cabe destacar que este tipo de desgaste es más frecuente en ciudades o zonas urbanas transitadas. En casos más aislados de la ciudad se da menos a menudo por la menor densidad de gente.
Contaminación: Este caso también es de los más frecuentes como factor de suciedad en nuestro edificio. Se da más en zonas urbanas cercanas a carreteras con alta densidad de vehículos. Los residuos que expulsan los automóviles no acaban todos en la capa de ozono, sino que a veces se estanca en las paredes de los edificios colindantes, generando una capa negruzca que, con el tiempo, se hace más difícil de eliminar. En este caso conviene tener una limpieza más especializada y frecuente en la fachada del edificio.
Estas son algunas de las causas más frecuentes de suciedad en nuestra fachada, si tienes alguno de estos problemas de suciedad, es importante que acudas a algún plan de limpieza específico para mantener el estado óptimo de tu edificio. Sabemos que lo importante está en el interior, y suena muy poético, pero en ocasiones hay que cuidar un poco el estado exterior, y en este caso más que nunca.
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